domingo, agosto 2

Mandalas

Mándala es un término de origen sánscrito, que significa diagramas o representaciones simbólicas bastante complejas, utilizadas tanto en el budismo como en el hinduismo.
Los mandalas son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduismo. Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y soporte de concentración), es generalmente representado como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mandala.
Por otra parte, la mayoría de las culturas posee configuraciones mandálicas o mandaloides, frecuentemente con intención espiritual: la mandorla (almendra) del arte cristiano medieval, ciertos laberintos en el pavimento de las iglesias góticas, los rosetones de vitral en las mismas iglesias; los diagramas de los indios Pueblo, etcétera.
Es muy probable que esta universalidad de las figuras mandálicas se deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de perfección (de equidistancia con respecto a un centro) y de que el perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza (tal como en la tradición helenística lo proponía, por ejemplo, el uróboros).
A su vez, en los rituales mágicos es frecuente la separación de un espacio sacro respecto de uno profano; para esto, en la tradición del ocultismo occidental, se ha recurrido y recurre a los círculos mágicos; el espacio sacro —o al menos el del ritual— es el inscripto en tales círculos que, de este modo, cumplen funciones análogas a los mándalas orientales.
Esta universalidad de los mándalas hizo que el psiquiatra Carl Gustav Jung los privilegiara como expresiones probables de lo inconsciente colectivo. Para Jung, el centro del mándala figura al sí-mismo (Selbst), que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación.

Fuente

De los mandalas
Cuando chica, me gustaba dibujar en la tierra, en el patio de casa. Lo bueno de vivir en casas con patios grandes, al menos cuando sos chica, son los espacios que son solo para uno, para los juegos. La casa de mi infancia era eso. Arboles, jardín, espacio de tierra y espacio de piso. En uno dibujaba con los palitos de las ramas del aguacate y en el piso, con carbón o tizas de colores. También teníamos un espacio en la pared dentro de la casa donde dibujábamos o escribíamos o pintábamos (al menos yo siempre lo hacia, pero más me gustaba hacerlo en el pasillo: la pared era toda blanca imposible que no me tiente para hacer algo al respecto :D). En el patio de arena, me gustaba hacer un círculo enorme, que abarcara todo el espacio y dentro de el dibujar líneas, círculos, espirales… todo lo que se podía dibujar. Al terminar, lo miraba recorriendo el círculo y luego iba a otra cosa. Por lo general el dibujo quedaba alli hasta que se barría el patio.
Al tomar contacto con un lápiz, una crayola, algo que sirva para dejar rastros en un papel, en la tierra… lo primero que hacemos son garabatos desordenados porque aún no podemos tener el control sobre nuestro cuerpo. A medida que maduramos los garabatos se transforman de lineales a circulares. Nuestros dibujos son recreados de manera oral y quien nos escucha sólo asiente porque ni pepas ve lo que se le está narrando. Al tomar contacto con el círculo aparecen los mandalas en todas las culturas, independientemente del tiempo y espacio. De ahí aparece la primera figura humana, que por lo general dibujamos a quien está más cerca de nosotros de manera afectiva: papá, mamá…
Sí, dibujamos mandalas desde chicos.
Y cuando grandes volvemos a tomar contacto con ellos de manera espiritual. Un mandala es un centro de meditación. Esta conexión que tenemos con los mandalas es un vínculo dinámico universal, lo que traemos en nuestra ascendencia. Nos muestra la estructura de nuestro espíritu y como está conectada con el cosmos, de ahí a que sea un diagrama sagrado.
El círculo es una representación sencilla y llena de significado. Empieza y termina pero no termina porque sigue… es el cambio, el viaje interno que todo buscador realiza a su centro para tomar contacto desde ahí al centro del Universo, que en realidad es uno mismo. Concluir el viaje puede variar en la ruta, pero siempre volvemos al centro. La interacción que se vive en un mandala es un proceso rico para uno, lleva a aproximarte a la Iluminación.
Es otra manera de meditar. De ver la parte y el todo del proceso que estás haciendo en este momento, aquí y ahora. Es como un pulso de la Vida que te recuerda tus orígenes de manera activa, sin dolor. Es una puerta, es el corazón, es la respiración. Está dentro de todos nosotros.
Estos dos sábados que pasaron, fueron sábados de mandalas. Me invitaron, invité y fuimos. Martis sobre la hora avisó que no podría porque se regresaba donde su papá para despedirse de él. Fue su mandala personal. A Denys y a mí nos tocó participar con otras personas de un taller de mandala. El primer encuentro se basó en el fuego, y el segundo el agua. Demás está decir que mis mandalas son las ovejas negras de los mandalas y que me lleva la música… :D
En el proceso de hacerlos, me pasaron varias cosas:
En el mandala de fuego necesité borrar una línea pero no había borrador. Lo que está hecho en la vida no lo podés borrar pero si podes tomar conciencia de ello para volver a recrear, renacer. Y parte de ese proceso es ver ese error como una plataforma para aprender algo. La vida no es para sufrir y vivir sufriendo, es para vivirla en gracia con uno.
La experiencia de cada uno es justamente eso es una experiencia de cada uno. Se necesita ser valiente para hacerlo y vivirla coherentemente.
En el mandala de agua me sentí como pez :D
De nuevo la música fue mi disparador.
Cuando todo iba bien, cuando imprimía mi mano Denys se acercó hasta donde estaba y movió mis dedos hasta hacer de la mancha algo diferente. Nos sonreímos pero mi mirada no fue complaciente :D
Necesité una hoja enorme para lo que quería seguir haciendo. Como los límites también sirven para bajar a tierra, usé todo lo grande de la hoja y la mesa también ja!
Los truenos que escuchaba en la música eran amigables, no me hacían sentir cabra saltando sino moviéndome al ritmo de la música. La Vida sólo es un fluir de sentimientos y emociones. Lo que nos suceda después es cosa de uno, de dar poder o no al otro para que nos siga lastimando. De manera “accidental” ya cuando lo que hice estaba a mi modo de ver terminado, se me fueron unas gotas de tempera en blanco. Una, la más grande cayó en una de las manchas en que me ayudó Denys. Lejos de verla como un desencantó lo vi como algo que cerraba el mandala. Cómo cuando uno va cerrando circulos de su historia.
Seguro voy, vamos… a otro encuentro de mandalas. Me gustaría saber que sensaciones y emociones me traen la Tierra y el Viento.

4 comentarios:

  1. Ola Arami
    Estava a ler o que escreveste e não pude deixar de sorrir. Às vezes o mundo é um lugar estranho. Estranho e fantástico. Cada vez acredito mais que não existem acasos mas sincronizaçâo :)
    Tenho entre mãos um trabalho sobre mandalas e cor... e não pude de deixar de escrever aqui e agora. Mandala é um símbolo do padrão de criação. Centro e periferia. O ponto no circulo é um motor de criação. Circulo com centro a partir do qual as coisas surgem. A célula com o seu núcleo é uma mandala. E se pensarmos em expansão como explosão para a periferia a partir da união de 2 células há uma expansão que termina numa explosão - o nascimento.
    Mandala como estrutura organizacional da vida, organização simbolica de algo que está em nós. Desenhar mandalas produz em nós um efeito, uma magia com que nós nos encontramos.
    Jung chamava-lhe o refúgio seguro da reconciliazação interna.
    Sem dúvida que o circulo é uma linha sem principio e sem fim. A ideia da consciência e da unidade. Fogo. Água. Céu. Terra. :)
    Que tenhas uma excelente semana
    Um abraço

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  2. jejeje... sincrodestino

    La Vida es eso aprendiz.
    De hecho fui al taller porque un día antes había abierto un correo que ni miro. Sentí la necesidad de hacerlo, vi. la invitación, respondí al correo pretendiendo saber más, y me contestaron vía celular... Llamé a Denys y a Martis (mis amigos y compinches). No hace falta mucho que les haga bulla para hacer cosas así, somos como el viento fluimos juntos juiji.
    Y si, un mandala es un comienzo y un fin. Y aun así no se siente estático sino dinámico.
    El círculo forma parte de nosotros, nuestros ojos son un mandala. Vemos las cosas por fuera y también por dentro, como en un mandala ver el interior de uno y su conexión con el Universo, con Dios. El círculo nos une a lo infinito, porque es nuestra esencia.
    Cuando chicos jugamos en ronda, bailamos en círculos, abrazamos conteniendo con los brazos en círculo... Los rituales de protección usan círculos. Las malas y los rosarios son círculos, sus cuentas también... Una cancha de futbol es como un mandala, la moneda es un mandala, el Coliseo es un mandala, así como muchas otras cosas que se encuentran al paso.

    Que tengas una semana maravillosa aprendiz.
    Un abrazote.

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  3. Para ti

    http://www.youtube.com/watch?v=WS7QhGAwhEI

    Besitos

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