Por M.S.S. Hari Jiwan Singh Khalsa
Comenzar un negocio es un proceso abrumador. Dónde comienzo, qué hago; a dónde voy; de quién aprendo; de dónde obtengo el dinero para comenzar? Estas son sólo algunas de las preguntas que uno siente deben ser respondidas antes de que el proceso comience. Y deberían ser respondidas. Sin embargo, el primer paso es comenzar. Permíteme repetir esto: el primer paso es comenzar. Cada uno de nosotros ha tenido la experiencia de tener una gran idea para al final demorar el ponerla en práctica, mientras en ese intervalo, alguna otra persona lo hace. Cuántas veces te ha dicho tu mente "Oh, pensé en eso." Bien, ¡Y qué! Aquellos que ganan son los que hacen.
Ahora bien, dicho esto, ¿cómo supera uno los obstáculos expuestos arriba, y de qué manera juega su papel la fe? Discutamos estos temas a la inversa. La fe es necesaria para cualquier negocio de éxito: Fe en su éxito; fe en su dirección; fe en ti mismo; etc. Algunos afortunados llegan con la creencia de que la fe se manifestará. El resto de nosotros debemos tener esperanza, voluntad, debemos trabajar o hacer algo para superar estas insuficiencias reales o percibidas.
Algunos saben qué hacer y simplemente no pueden, mientras que otros no saben dónde empezar o si incluso hay alguna necesidad. Y otros buscan un mentor o creen que el trabajo duro superará todo. Algunos están dispuestos a hacer cualquier cosa y a colgarse a esquemas que prometen logros a través de la proyección, lo cual sólo crea nuevo karma, etc., etc., etc.
Somos personas espirituales y tenemos una gran ventaja, aunque generalmente no se usa adecuadamente. Permíteme que lo explique. Nuestra gran ventaja es el poder de nuestra oración a través de nuestra proyección convincente. Ahora bien, hay 6 billones de personas en esta tierra y casi todos rezan a Dios a diario, lo cual equivale a aproximadamente 4 o 5 billones (billón arriba, billón abajo) de oraciones que Dios recibe al día. Dios recibe estas oraciones como emails y ha dispuesto una bandeja de basura para tratar con la mayoría de estas oraciones spam. Cuando uno pide para sí mismo, van directamente al archivo basura.
Cuando uno pide para otros, va a la bandeja de asuntos pendientes. Cuando uno pide para Dios y/o el Gurú, van directamente a Dios. Tu oración debería estructurarse de esta manera: Querido Dios/Gurú, por favor bendíceme con una dirección de éxito en este nuevo negocio para que pueda tener los recursos para servirte mejor y representarte en toda tu gracia. Por favor recuerda que no puedes engañar a Dios, así que tu oración debe ser real, o será enviada a la papelera. Tus oraciones adicionales pueden comenzar a ser más específicas, teniendo en cuenta que Dios/Gurú está incluido como un benefactor en todo.
Y, voilá, lo desconocido se vuelve conocido, la dirección se vuelve clara; la ayuda necesaria surge. La primera de las preguntas, donde comenzar, es respondida como un subproducto. Esto no quiere decir que el proceso comience y finalice con la oración, no es así. La fe sin trabajo se malgasta; el trabajo sin fe es una carga. Así que debes estar trabajando todo el tiempo. Cuanto más trabajes más intuitivo te vuelves. Esto se llama meditación consciente. "Bien," dices, ¿en qué trabajo?" La respuesta es trabajar en aquello que conoces hasta que lo que no conoces se vuelve claro. Y "¡Sigue adelante!"
Hay muchos fundamentos y excusas que desvían nuestro trabajo y nuestra fe si se lo permitimos. Recuerda, necesitamos cambiar esto y no permitir que nada detenga nuestra continuidad. Ahora que somos conscientes de las cosas que surgen que detendrán el proceso, no les permitiremos que lo hagan. Nuestra actitud permanecerá positiva no importa cuales sean las circunstancias, nuestra oración y meditación permanecerán siendo sinceras y reales cada día y nuestra autoestima se incrementará diariamente en nuestro servicio a Dios y sus bendiciones sobre nosotros. No nos permitimos pensar de otra manera.
Cuando los pensamientos negativos entran en nuestra conciencia, los reconocemos para que no nos atrapen. Entonces nos recordamos que esto no es lo que somos ahora, y con gracia, sin recriminación, movemos nuestra mente hacia nuestros objetivos positivos. Practicamos y practicamos y practicamos hasta que no lo necesitamos más.
Así es como se comienza un negocio construido con la ayuda de Dios. Así es como una persona espiritual comienza un negocio. Así es como un negocio se convierte en un reflejo de la voluntad de Dios y, así, pone a Dios en riesgo para salir adelante. Por supuesto, no debemos olvidar nunca que nuestra fe y nuestra acción debe ser real, de otro modo estaremos jugando con nosotros mismos. Una advertencia - en realidad está bien jugar con uno mismo inicialmente si esto lleva eventualmente a una naturaleza verdadera y fructífera.
Por último, por favor no juzgues si es proceso está llevando mucho tiempo o no está funcionando. Mucha gente fracasa en los negocios (o en cualquier cosa) porque se vuelven jueces en lugar de dejar que lo sea Dios. La fe es ilimitada e incuantificable. En conclusión, el éxito es tu derecho de nacimiento. De ti depende encontrarlo. Está ahí. Disfruta de la búsqueda. Deberías creer que todo el mundo está detrás de ti animándote. Cabalga sobre tu energía, construye el éxito y comparte los frutos.
domingo, abril 12
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