jueves, noviembre 12

Mirame que te miro...

Durante todo el tiempo que duró la visita guiada, de tanto en tanto habia un murmullo. La gente se agolpaba y sacaba fotos mientras el guia en su santa paciencia sonreía y luego apuraba el paso.
Nadie dejaba de sentir que eran observados.
Que eran vigilados
Que eran controlados...
De tanto en tanto asomaba una lagartija de color piedra... acompañaba el recorrido, escuchaba "la historia", luego desaparecía y asomaba otra.
La ciudad inexistente late con lagartijasvigias que recorren y la cuidan.
Y... cuando menos lo esperas, te seducen unos ojos que te susurran:
Mirame que te miro...
Mirame y me miro
Mirame y admiro
en tu mirada mis ojos.


Foto: lagartijas y Machu Picchu.

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