Las cosas son siempre por algo, suceden de la manera más imprevista. Y cuando pasa esto uno debe ver más allá de las narices y dejarse fluir.
Hoy me decía que debía de aprender italiano.
Hoy me dijeron que empezaba el curso para principiantes en el Dante.
Muñida de cuaderno, lápices y dinero fui hasta el instituto. No me gusta llegar tarde, pero ya veía que 5 cuadras en cinco minutos es batir el record propio. Luego de inhalaciones y exhalaciones, llego y encuentro que el portón está cerrado… así que un:
Hola?- suavecito-
Holaaa???- de aquí no hay nadie-
Hay alguien aquí?? – de por favor, si que haya alguien-
Trae al guardia de seguridad hasta a mi. Lo saludo y le pregunto por el curso de italiano, el buen hombre me contesta que se cambió de fecha, que se inicia recién el próximo lunes, y aún así me hacía pasar para escoltarme hasta la secretaria para que me inscriba ya nomás.
En mis adentros mientras iba caminando por el pasillo de la scuola, llenos de afiches recordando el día de la República, me iba riendo diciéndome que eso era cosa de mandinga, de la cosa Berlusconi como el maestro Saramago decía. Sí, debía ser cosa de la cosa para que justo hoy suspendan el inicio de clases. Me tiene miedo… creo.
Llego hasta un sitio y me encuentro con una amiga, mamá de unas exalumnas a quienes quiero mucho. Ella feliz de que iba a ser compa de su hija y yo diciendo no con la cabeza. Quedé con ella de hablar más tarde. Mi escolta estaba deseoso que hiciera clink caja, así que no había tiempo que perder. Llegue hasta la secretaría y la mujer que me atendió, de nuevo me comunicó de la suspensión del curso. Pero que igual podía ya inscribirme.
Hecho los pasos de la inscripción, y teniendo una fotocopia del libro del primer nivel, me consideré alumna del curso de italiano.
Retrocedí mis pasos y llegué de nuevo hasta donde estaba mi amiga.
Hablamos de la Vida, de sus hijas, de las afirmaciones, del yoga, de fotografías…
Hoy fue bueno comenzar de esta manera la clase de italiano.
Seguro que el lunes será diferente. Si es que hay 10 alumnos inscriptos! Por eso la premura de mi escolta para que haga clink caja. Pero eso… será otro cuento.
Fino a Lunedi!
Holaaa???- de aquí no hay nadie-
Hay alguien aquí?? – de por favor, si que haya alguien-
Trae al guardia de seguridad hasta a mi. Lo saludo y le pregunto por el curso de italiano, el buen hombre me contesta que se cambió de fecha, que se inicia recién el próximo lunes, y aún así me hacía pasar para escoltarme hasta la secretaria para que me inscriba ya nomás.
En mis adentros mientras iba caminando por el pasillo de la scuola, llenos de afiches recordando el día de la República, me iba riendo diciéndome que eso era cosa de mandinga, de la cosa Berlusconi como el maestro Saramago decía. Sí, debía ser cosa de la cosa para que justo hoy suspendan el inicio de clases. Me tiene miedo… creo.
Llego hasta un sitio y me encuentro con una amiga, mamá de unas exalumnas a quienes quiero mucho. Ella feliz de que iba a ser compa de su hija y yo diciendo no con la cabeza. Quedé con ella de hablar más tarde. Mi escolta estaba deseoso que hiciera clink caja, así que no había tiempo que perder. Llegue hasta la secretaría y la mujer que me atendió, de nuevo me comunicó de la suspensión del curso. Pero que igual podía ya inscribirme.
Hecho los pasos de la inscripción, y teniendo una fotocopia del libro del primer nivel, me consideré alumna del curso de italiano.
Retrocedí mis pasos y llegué de nuevo hasta donde estaba mi amiga.
Hablamos de la Vida, de sus hijas, de las afirmaciones, del yoga, de fotografías…
Hoy fue bueno comenzar de esta manera la clase de italiano.
Seguro que el lunes será diferente. Si es que hay 10 alumnos inscriptos! Por eso la premura de mi escolta para que haga clink caja. Pero eso… será otro cuento.
Fino a Lunedi!
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