Al escuchar el Nombre de Dios,
el hombre se sumerge en el Océano de la virtud.
Al escuchar el Nombre de Dios,
uno obtiene la categoría de un sabio,
un rey o un sacerdote.
Al escuchar el Nombre de Dios,
hasta los ciegos encuentran el camino.
Al escuchar el Nombre de Dios,
uno comprende el Infinito.
O Naanak, el devoto está siempre alegre:
Al escuchar el Nombre de Dios, s
u dolor y sus pecados desvanecen. (11)
* El Onceavo Pauri te da virtuosidad
viernes, diciembre 27
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