sábado, enero 4

Vigésimo quinto Pauri

La grandeza de la misericordia de Dios es indescriptible.
El gran Dador dá, sin deseo de recompensa.
Muchos son los guerreros que le invocan
e innumerables los que meditan en Él.
Muchos son los que viven en maldad
y muchos los que toman y toman sin agradecimiento.
Muchos los ignorantes que siguen consumiendo.
El dolor y el hambre continúan
azotando a mucha gente,
estas también son Tus bendiciones, O Dador.
Por voluntad de Dios, uno es liberado de sus ataduras
y el hombre no tiene nada que decir en ello,
pero si el tonto osase hablar,
este no sabe cuanto sufriría.
Solo Él conoce nuestras necesidades
y solo Él las satisface.
Aquel que recibe la bendición de cantar Sus alabanzas,
O Naanak, él es un rey entre reyes. (25)


* Cuando recitas El Pauri 25, todas tus necesidades se vuelven presatisfechas. Prosperidad, virtud, estado y riqueza serán tuyos sin pedir por ellos

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