Mi testamento.

El poema de Mario Benedetti, me hizo recordar mi testamento según la Kare.
Karenina es la hija menor de mi hermano Nelson, melliza de Ana y hermana de Nico.
Pasó un día mientras almorzábamos todos juntos que la Kare sin ton ni son me dijo que el día que yo me muera tendría que dejarle:
- la cámara fotográfica
- mi celular
- a la Loli
- todas mis pulseras
- todos mis anillos y collares
- todos mis cd's de música, inclusive las de yoga
Como la lista era larga, y ya me veía sin cosas, y a sus hermanos sin nada… le dije:
- Kare, y que de tus hermanos?
No lo pensó mucho, mientras los demás la miraban entre creer y no creer lo que escuchaban. La Kare siguió con el testamento.
- Para Nico, tu computadora. Y el Nico sonriendo.
- Y para Ana? Le pregunté.
- Para la Ana todos tus pinceles, pinturas, hojas. A ella le gusta pintar. Y la Ana asentía con gusto.
Quedamos que me haría de un tiempo para revisar lo que tenia para dar, si era o no conveniente hacerlo de esa manera…
Uno o dos meses después, me enteré contra que tenía que luchar para seguir estando viva, cuando creía que lo estaba. Me acordé de la Kare, buena lección me dio la pulgui. De lo que me enteré de mi, no fue un balde de agua fría, fue un nuevo regalo. Cómo las palabras de Kare después de unas semanas.
- Tía, si no usás esta pulsera me lo llevo porque es mi herencia
- Jaaaaaa. Le contesté que aún no estaba muerta, que lo usaría. La cara de ella fue de una gran sonrisa y su contestación fue: - Está bien tía.

Lo de la herencia está resuelto. Aunque como dice el maestro Benedetti:
“…así que por si acaso y por las dudas y
para no afligir a quien me herede las dejo para
otro testamento digamos el del viernes”.

:D