-Ahora!- dijo y lanzó una moneda al aire- Ahora ya está girando mi moneda- y seguíamos atentamente las piruetas que hacía en su baile hacia arriba.
Cuando alcanzó su punto más alto, quedando como suspendida en cámara lenta, el latido de su ansiedad se hizo cargo del silencio
-Qué crees? Sólo tiene dos caras- le pregunté, y al rato bajaba hacia sus manos de la misma manera que subió
-Ojala sólo tenga dos caras- me respondió. Mirando fijamente lo que entre sus manos era su destino.
Cuando alcanzó su punto más alto, quedando como suspendida en cámara lenta, el latido de su ansiedad se hizo cargo del silencio
-Qué crees? Sólo tiene dos caras- le pregunté, y al rato bajaba hacia sus manos de la misma manera que subió
-Ojala sólo tenga dos caras- me respondió. Mirando fijamente lo que entre sus manos era su destino.