Cuenta una historia turca que mula Nasrudin, tras perder su asno, hizo proclamar en toda la ciudad que le daría el animal a aquel que se lo trajese, además de la albarda y el cabestro como gratificación.
Sus vecinos, sorprendidos de la recompensación que ofrecía, acabaron por preguntarle:
- Nasrudin, si prometes darle el asno al que lo encuentre, ¿qué ganas tú?
- ¿Te parece entonces insignificante la felicidad de encontrar algo que has perdido?
Tí, es comparable a la felicidad de regalar, aunque solo sea una sonrisa :)
ResponderEliminar:D
ResponderEliminarMuchas para vos!