El maestro narró a sus discípulos el siguiente relato:
- Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra, igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar.
¿Qué piensan ustedes de ese hombre? Preguntó el maestro
- Que es un necio -respondió uno de los discípulos- ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?
Dijo el maestro: - Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.
Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.
Así -dijo el Maestro, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar nunca el peso del odio o del resentimiento.
Hola, Arami:
ResponderEliminarNada mejor que caminar livianito, sin pesos en la conciencia.
Gracias por visitarme,
Abrazos.
Abrazos Rafael.
ResponderEliminarMe gusto, hace poco hablaba con una persona muy querida, y del rencor que perdura por los años, y del hecho de dejar estar.
ResponderEliminarEn reiki una de las plegarias que se recita al comenzar dice:
"Perdono a todos los seres que me han ofendido"
:)
# Sólo por hoy, no me preocuparé.
ResponderEliminar# Sólo por hoy, no enfureceré.
# Sólo por hoy, seré amable y respetaré a mi prójimo.
# Sólo por hoy, haré mi trabajo honradamente
# Sólo por hoy, daré las gracias al CREADOR por todos los dones de mi vida.
Me gusta que lo recuerdes.
Abrazos domingueros
Que pases lindo
;)