- Tanto tiempo que hemos hablado y nunca – su voz se hizo un hilo- se dio cuenta de nada.
El silencio que se produjo cortaba la noche de luna llena.
-Nunca, nunca se dio por enterado- su rostro se llenaba de lágrimas gordas que se amontonaban en la comisura de su boca..-Nunca…
-Debe ser porque es un Shakiro – respondí, tratando de sacarle de ese estado de congoja.
-…
-Si… un Shakiro: ciego, sordo y mudo, como la música aquella…, te acordás?- pregunté
-Si… un Shakiro...- contestó secándose las lágrimas mirando a la luna- Un Shakiro, que se mueve de tal manera. Pero ya no más!- y su voz cobró valor- Hoy voy a pasar por encima de toda ley de gravedad. Hoy voy a dejar de girar alrededor de el..
Si la mujer deja de ver al hombre como su inspiración y estabilidad, entonces el hombre ha perdido todo. Se convierte en un motivo de existencia y no en un motivo de relación, porque el lado de la luna que brilla es el que mira el sol. Yogui Bhajan
Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama de tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el liquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación.
El otro hombre tenia que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos hablaban durante horas: de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde habían estado de vacaciones.
Y cada tarde, cuando el hombre de la cama que estaba junto a la ventana podía sentarse, él pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana.
El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades, colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes nadaban en el agua, mientras los niños jugaban con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad.
El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana. Había muerto plácidamente mientras dormía. La enfermera llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo. Tan pronto como lo considero apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.
Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama y se encontró con una pared blanca.
El hombre preguntó a la enfermera que podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indico:
- Quizás solo quería animarle a usted.
Lo que das también te lo das. Lo que no te das, te lo quitas
Sin salir de la casa se conoce el mundo. Sin mirar por la ventana se ve el tao del cielo. Cuanto más lejos se va, menos se conoce. Así, el sabio, sin salir, sabe todo, sin ver, conoce, sin actuar, logra todo.
La realidad, tal cual la vemos, es una ilusión. Profundiza hacia tu interior, y se te revelará lo que hoy no entiendes.
El sabio posee un espíritu libre. Hace suyo el sentir de los hombres. Es bueno con los buenos y también con los que no son buenos, y esta es la fidelidad de su bondad. Es franco con el sincero y también con los que no son sinceros, y esta es la fidelidad de su franqueza. El sabio vive en el respeto de todos. Abarca a todos en su espíritu. Cuando los hombres se apoyan en él, observándolo y escuchándolo, el sabio los acoge como a sus hijos.
Sé sincero, sin lastimar, y obtendrás el reconocimiento y el respeto.
Había una vez dos monjes que paseaban por el jardín de un monasterio taoísta. De pronto uno de los dos vio en el suelo un caracol que se cruzaba en su camino. Su compañero estaba a punto de aplastarlo sin darse cuenta cuando le contuvo a tiempo. Agachándose, recogió al animal y dijo:
- Mira, hemos estado a punto de matar este caracol, y este animal representa una vida y, a través de ella, un destino que debe proseguir. Este caracol debe sobrevivir y continuar sus ciclos de reencarnación.
Y delicadamente volvió a dejar el caracol entre la hierba.
- ¡Inconsciente!, exclamó furioso el otro monje. - Salvando a este estúpido caracol pones en peligro todas las lechugas que nuestro jardinero cultiva con tanto cuidado. Por salvar no sé qué vida destruyes el trabajo de uno de nuestros hermanos.
Los dos discutieron entonces bajo la mirada curiosa de otro monje que por allí pasaba. Como no llegaban a ponerse de acuerdo, el primer monje propuso: - Vamos a contarle este caso al gran sacerdote. - Él será lo bastante sabio para decidir quien de nosotros dos tiene la razón.
Se dirigieron entonces al gran sacerdote, seguidos siempre por el tercer monje, a quien había intrigado el caso. El primer monje contó que había salvado un caracol y por tanto había preservado una vida sagrada, que contenía miles de otras existencias futuras o pasadas. El gran sacerdote lo escuchó, movió la cabeza, y luego dijo: - Has hecho lo que convenía hacer. - Has hecho bien.
El segundo monje dio un brinco. - ¿Cómo? - ¿Salvar a un caracol devorador de ensaladas y devastador de verduras es bueno? - Al contrario, había que aplastar al caracol y proteger así ese huerto gracias al cual tenemos todos los días buenas cosas para comer.
El gran sacerdote escuchó, movió la cabeza y dijo: - Es verdad. - Es lo que convendría haber hecho. - Tienes razón.
El tercer monje, que había permanecido en silencio hasta entonces, se adelantó. - ¡Pero si sus puntos de vista son diametralmente opuestos! - ¿Cómo pueden tener razón los dos?
El gran sacerdote miró largamente al tercer interlocutor. Reflexionó, movió la cabeza y dijo: - Es verdad. - También tú tienes razón.
*cuento taotista Uno cuando habla siempre tiene la razon, porque depende desde el punto de vista que se vea las cosas ... (criterios personales) ;)
-Señorita!!!- no cabía en gozo al verla, se acercó a ella saliendo del escritorio y tomándola por el brazo la condujo a una salita. Bajó la cabeza y habló de tal manera que su voz sonaba sólo para ellos dos- Hemos tenido respuestas de su anuncio de alquiler!
- …
- Sí!, dos preguntando la dirección. Una, preguntando cuando se puede mudar y un demonio rojo- en su comprensión no cabía un demonio como candidato de inquilino- Dice que es bueno y puede dar referencia, pero yo no lo creo. Un demonio es un demonio señorita!- y en su decir iba pasándose el pañuelo por la frente secando el sudor de esa tarde calurosa de primavera.
- …
- Pero vayamos por orden señorita- siguió diciendo el hombre sacando de una carpeta unas hojas escritas con tinta azul- Esta es la primera respuesta:”Falta cómo contactar con la dueña! Seguro que muchos lo intentarían si supiera cómo!- la miró y siguió leyendo otra hoja- Esta es la segunda respuesta: “Dirección de la dueña, please!!!! Y una carita, de esas que se hacen en los mensajes del celular, me entiende no?- Como vio un si de cabeza prosiguió- Y tienen razón señorita ud no puso dirección o teléfono o algún sitio donde contactarla…
Ella se sentó cómodamente en el sofá esperando que el buen hombre siguiera dando su informe.
-En cuanto a la persona que preguntó cuando se puede mudar…-hizo un silencio y prosiguió luego de secarse de nuevo el sudor de la frente -este calor mata y eso que recién estamos en primavera, como bien parece que somos la sucursal del infierno- dijo a modo de disculpas - Bueno, con relación a esta señorita.. no da muchos informes sobre ella. Salvo que se quiere mudar- tomó un sorbo de agua y prosiguió - No, no da más informes que eso- subrayo.
- (Sucursal del infiernommmmm- pensaba ella en ese momento)
- Y en cuanto al último- tragó saliva antes de seguir -Ud sabe señorita… Un demonio es un demonio. Cómo va a decir que tiene buena referencia?- la miro por un instante y de nuevo siguió leyendo su hoja- Para colmo farrista! Dice que la casa debe de ser más grande, porque como ud imaginará… las fiestas
Ella se levantó y tomó una mandarina, la olió y jugó con ella acariciándola, sintiendo su aroma.
-Señorita…-viendo que ella no estaba con sus pensamientos en la salita volvió a decirle: - Señorita, qué responde a su aviso?-
- Mmmmmdel lugar diga que es la sucursal del infierno.
- Pero señorita!!!-casi grita el buen hombre- así nadie sabrá donde queda!
-Tiene razón- respondió ella aún con la mandarina en la mano- el que sepa cómo llegar, llegará
-Sí, podría ser si busca inquilino para su alma. Pero creo que ud debería de poner requisitos para el inquilino- dijo secándose de nuevo la frente- Perdone, el aire no funciona…
-Requisitos? Mmmmmno sé- dijo ella oliendo delicadamente la fruta naranja – quizás que le guste la mandarina
- Señorita…!!
Pero ya nada pudo hacer, ella se fue tras la puerta con la fruta en su mano, sonriendo y dejando olor a mandarina a su paso
El autor de esta canción es Moris... Mauricio Birabent, quien fundó el grupo argentino Los Beatniks, la música pertenece al album "Trinta minutos de vida". En algún momento de su historia emigró a España y en otro cantó con su hijo Antonio Birabent ;)
Un rey que gustaba de la compañía de Nasrudin, y también de la caza, le ordenó que le acompañará en la caza del oso. Nasrudin estaba aterrado.
Cuando Nasrudin volvió a su aldea, alguien le preguntó: - ¿Como fue la caza? - Maravillosamente. - ¿Cuantos osos viste? - Ninguno. - Entonces, ¿por que dices que fue maravillosamente? - Cuando estas cazando osos, y tu eres yo, no ver ningún oso es una experiencia muy buena
Lo que es bien o es mal depende de los criterios de cada uno
Ayer me florecieron los lapachos amarillos a lo largo de mi camino y hoy me despierta el gris del cielo con los sonidos mañaneros... por eso amo setiembre!, porque te pilla con sensaciones que te hace sentir viva/o en gracia divina